Lluvias impiden cargas y los productores no aceptan precios tan bajos. 

 

El mercado de haciendas para faena está paralizado debido a dos factores fundamentales, el acumulado de lluvias de todos estos días que generaron importantes problemas logísticos y los precios del ganado gordo que continúan registrando importantes bajas.

"El productor desensilló y esperará que aclare", comentó a El Observador el consignatario Gustavo Basso, de Florida. Señaló que los ganados que estaban en praderas, verdeos o mejoramientos fueron retirados por las lluvias, para no dañar los cultivos con el pisoteo, y fueron trasladados al campo natural. Allí están sufriendo los constantes temporales y ni siquiera tienen lugar donde echarse. Cuando toda esta situación pase los productores revisarán sus ganados y comprobarán si mantuvieron los kilos o si perdieron peso. "El efecto debe haber sido negativo", estimó Basso.

Por lo tanto en las próximas semanas habrá menos ganados preparados que los que esperan productores e industriales previo a la entrada del invierno. 

"Con ese escenario daría la sensación que no será fácil validar los niveles de precios de la industria, estamos muy por debajo respecto al año anterior. Y con estas lluvias repetidas también se afectarán las cargas, porque hay mucho ganado vendido que no se pudo embarcar", dijo.

Los precios que ofrecen las diferentes plantas son muy dispares, van desde US$ 2,60 hasta US$ 2,75 por kilo en cuarta balanza. Las vacas se pagan entre US$ 2,40 y US$ 2,50, pero en realidad en este momento los productores están más preocupados por las lluvias que por los precios bajos.

De todos modos Basso consideró que es muy difícil justificar estos niveles de precios. "No hay una explicación racional que permita plantear estas cifras. Ya estamos por debajo de los precios de Brasil, que era el gran argumento de la industria, que decía que había destrozado los mercados", señaló el empresario. 

Agregó que el problema no es que al productor no le guste el precio de US$ 2,60 por kilo de novillo, sino que es un problema de bolsillo, porque esos números "son nefastos para el cierre de las carpetas del ejercicio 2015/16, al 30 de junio", concluyó.